MISTERIOS DOLOROSOS
Vamos a considerar los Misterios
Dolorosos que se rezan los Martes y Viernes.
Trae a tu memoria lo que sucedía en el
Corazón de nuestra Madre del cielo al pie de la cruz. Es tan intenso su dolor,
que permanece impertérrita* ante su hijo crucificado. Pero no puedes decir que
haya sido abandonada, al contrario, ¿cuándo la amó más y mejor, que cuando
sufría y ni siquiera le era posible llorar?
* Que no se asusta, ni se altera por
nada
Primer Misterio Doloroso: La Agonía en el huerto de
los olivos.
Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
Santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu Voluntad, en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amen.
1.- Jesús llegó con ellos al huerto llamado Getsemaní,
y comenzó a entristecerse y angustiarse.
Dios te salve, María,
llena eres de Gracia.
El Señor es contigo.
Bendita, Tú, eres,
entre todas las mujeres,
y bendito es el Fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María,
Madre de Dios,
ruega por nosotros,
pecadores,
ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amen.
2.- Después les dijo: "Mi Alma está mortalmente
triste. Quedaos aquí y velad conmigo."
- Ave María.
3.- Y apartándose un poco, se postró con el rostro en
tierra, y oró.
- Ave María.
4.- "Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz,
pero no se haga mi voluntad, sino la Tuya."
- Ave María.
5.- Y mientras oraba, se le apareció un Ángel venido
del Cielo y lo confortaba.
- Ave María.
6.- Y entrando en agonía, oraba sin cesar.
- Ave María.
7.- Y su sudor era como gotas de sangre que caían
sobre la tierra.
- Ave María.
8.- Y yendo hacia los discípulos, los encontró
durmiendo y les dijo: "¿No habéis podido siquiera una hora velar
conmigo?"
- Ave María.
9.- "Velad y orad, para que no caigáis en
tentación."
- Ave María.
10.- "El Espíritu dispuesto está, mas la carne es
débil."
- Ave María.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Fátima y Jaculatorias
Segundo Misterio Doloroso: Jesús es azotado en la
columna.
- Padre Nuestro.
1.- Después de atar a Jesús, lo entregaron a Pilato, y
este le preguntó: "¿Eres tú el Rey de los Judíos?"
- Ave María.
2.- Contestó Jesús: "Mi Reino no es de este
mundo, pero como dices, soy Rey."
- Ave María.
3.- "Yo para eso nací y para eso vine al mundo,
para dar testimonio de la verdad. Y todo el que es de la verdad, escucha mi
voz."
- Ave María.
4.- Pilato le preguntó: "¿Qué es la verdad?"
Y salió y dijo a los Judíos: "Yo no encuentro culpa alguna en Él."
- Ave María.
5.- "Por tanto, lo mandaré castigar y lo dejaré
en libertad." Entonces Pilato, ordenó que lo azotaran.
- Ave María.
6.- Fue un hombre despreciado, el desecho de los
hombres, varón de dolores.
- Ave María.
7.- Fue maltratado y se humilló sin decir palabra.
Como cordero que es llevado al matadero.
- Ave María.
8.- Fue traspasado por nuestros pecados, quebrantado
por nuestras culpas.
- Ave María.
9.- Él, en verdad, ha tomado sobre sí nuestros
sufrimientos. Ha cargado con nuestros dolores.
- Ave María.
10.- El castigo cayó sobre Él. Y a través de sus
llagas, hemos sido curados.
- Ave María.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Fátima y Jaculatorias
Tercer Misterio Doloroso: La coronación de espinas.
- Padre Nuestro.
1.- Los soldados lo condujeron al pretorio, lo
despojaron de sus vestidos y lo revistieron con un manto de color púrpura.
- Ave María.
2.- Trenzaron también una corona de espinas, y la
colocaron sobre su cabeza. Y pusieron una caña en su mano derecha.
- Ave María.
3.- Y doblando la rodilla delante de Él, lo
escarnecían diciendo: "¡Salve, Rey de los Judíos¡"
- Ave María.
4.- Y escupiendo sobre Él, tomaban la caña y lo golpeaban
en la cabeza.
- Ave María.
5.- Pilato tomó agua, y se lavó las manos delante del
pueblo, diciendo: "Yo soy inocente de la sangre de este justo."
- Ave María.
6.- Entonces Jesús salió, con la corona de espinas y
el manto de color púrpura.
- Ave María.
7.- "He aquí al hombre." Dijo Pilato. Pero
ellos se pusieron a gritar: "¡Crucifícalo, crucifícalo!"
- Ave María.
8.- "¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?" Y ellos
gritaron aun más fuerte: "¡Crucifícalo!"
- Ave María.
9.- "¿A vuestro Rey he de crucificar?" A lo
cual los sumos sacerdotes respondieron: "Nosotros no tenemos más rey que
el Cesar."
- Ave María.
10.- Entonces Pilato, queriendo calmar la turba, lo
entregó para ser crucificado.
- Ave María.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Fátima y Jaculatorias
Cuarto Misterio Doloroso: Jesús lleva la cruz a
cuestas.
- Padre Nuestro.
1.- "Si alguien quiere venir en pos de Mí, que
renuncie a sí mismo"
- Ave María.
2.- "Tome su cruz, cada día y sígame."
- Ave María.
3.- Y a Él, llevando su cruz, lo condujeron al lugar
llamado Gólgota.
- Ave María.
4.- En el camino, echaron mano a un cierto Simón de
Cirene, obligándolo a ir cargando la cruz, detrás de Jesús.
- Ave María.
5.- "Tomad sobre vosotros Mi yugo, y aprended de
mí."
- Ave María.
6.- "Que soy manso y humilde de corazón."
- Ave María.
7.- "Y encontrareis refugio para vuestras almas,
porque Mi yugo es suave y Mi carga es ligera."
- Ave María.
8.- Lo acompañaba una gran muchedumbre del pueblo y de
mujeres que se lamentaban y lloraban por Él.
- Ave María.
9.- Mas Jesús, volviéndose hacia ellas les dijo:
"Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino por vosotras y por vuestros
hijos."
- Ave María.
10.- "Porque si esto hacen con el leño verde,
¿qué no harán con el seco?"
- Ave María.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Fátima y Jaculatorias
Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión de Jesús
- Padre Nuestro.
1.- Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, lo
crucificaron.
- Ave María.
2.- Y Jesús dijo: "Padre, perdónalos porque no
saben lo que hacen."
- Ave María.
3.- Y uno de los bandidos crucificado con Él, le dijo:
"Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino."
- Ave María.
4.- Y Jesús le respondió: "En verdad, en verdad
te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso."
- Ave María.
5.- Junto a la cruz de Jesús, estaba de pie su Madre, y
el discípulo que amaba.
- Ave María.
6.- Jesús dijo a su Madre: "Mujer, he ahí a tu
hijo." Después dijo al discípulo: "He ahí a tu Madre."
- Ave María.
7.- Y desde ese momento, el discípulo la recibió en su
casa.
- Ave María.
8.- Tembló la Tierra, y las tinieblas la cubrieron, y
el velo del templo se rasgó en dos.
- Ave María.
9.- Y Jesús clamó con gran voz: "¡Padre, en Tus
Manos entrego Mí Espíritu!"
- Ave María.
10.- E inclinando la cabeza, expiró.
- Ave María.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Fátima y Jaculatorias
ORACIONES FINALES
ORACIONES:
ORACIÓN QUE ENSEÑÓ MARÍA A LOS NIÑOS EN FÁTIMA
JACULATORIAS:*
OREMOS CON LAS PALABRAS DEL PADRE PÍO
Plegaria de San Pío de Pietrelcina
Oración compuesta por el Padre Pío:
ORACIONES FINALES
Padre nuestro,
Que estás en el Cielo,
Santificado sea tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hágase tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
A los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
Y líbranos de todo mal.
Amen.
Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
Dios te salve María Santísima, madre de Dios Hijo, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
Dios te salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames en el Fuego del Divino Amor, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
Dios te salve María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin pecado original.
Dios te Salve, Reina y Madre, Madre de la Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre. Oh Clemente, oh Piadosa, oh dulce Virgen María, ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las Divinas Gracias y Promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amen.
Letanías de la Santísima Virgen:
V Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
V Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
V Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
V Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
V Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
V Dios Padre Celestial.
Ten piedad y misericordia de nosotros.
V Dios Hijo redentor del Mundo.
Ten piedad de nosotros.
V Dios Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros.
V Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.
V Santa María.
Ruega por nosotros.
V Santa Madre de Dios.
Ruega por nosotros.
V Santa Virgen de las Vírgenes.
Ruega por nosotros.
V Madre de Jesucristo.
Ruega por nosotros.
V Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
V Madre de la Divina Gracia.
Ruega por nosotros.
V Madre Purísima.
Ruega por nosotros.
V Madre castísima.
Ruega por nosotros.
V Madre intacta.
Ruega por nosotros.
V Madre incorrupta.
Ruega por nosotros.
V Madre inmaculada.
Ruega por nosotros.
V Madre amable.
Ruega por nosotros.
V Madre admirable.
Ruega por nosotros.
V Madre del buen consejo.
Ruega por nosotros.
V Madre del Creador.
Ruega por nosotros.
V Madre del Salvador.
Ruega por nosotros.
V Virgen prudentísima.
Ruega por nosotros.
V Virgen digna de reverencia.
Ruega por nosotros.
V Virgen digna de alabanza.
Ruega por nosotros.
V Virgen poderosa.
Ruega por nosotros.
V Virgen clemente.
Ruega por nosotros.
V Virgen fiel.
Ruega por nosotros.
V Espejo de justicia.
Ruega por nosotros.
V Trono de la sabiduría.
Ruega por nosotros.
V Causa de nuestra alegría.
Ruega por nosotros.
V Vaso espiritual.
Ruega por nosotros.
V Vaso honorable.
Ruega por nosotros.
V Vaso insigne de devoción.
Ruega por nosotros.
V Rosa mística.
Ruega por nosotros.
V Torre de David.
Ruega por nosotros.
V Torre de marfil.
Ruega por nosotros.
V Casa de Oro.
Ruega por nosotros.
V Arca de la alianza.
Ruega por nosotros.
V Puerta del Cielo.
Ruega por nosotros.
V Estrella de la mañana.
Ruega por nosotros.
V Salud de los enfermos.
Ruega por nosotros.
V Refugio de los pecadores.
Ruega por nosotros.
V Consoladora de los afligidos.
Ruega por nosotros.
V Auxilio de los cristianos.
Ruega por nosotros.
V Reina de los Ángeles.
Ruega por nosotros.
V Reina de los patriarcas.
Ruega por nosotros.
V Reina de los profetas.
Ruega por nosotros.
V Reina de los apóstoles.
Ruega por nosotros.
V Reina de los mártires.
Ruega por nosotros.
V Reina de los confesores.
Ruega por nosotros.
V Reina de las vírgenes.
Ruega por nosotros.
V Reina de todos los santos.
Ruega por nosotros.
V Reina concebida sin pecado original.
Ruega por nosotros.
V Reina elevada al Cielo.
Ruega por nosotros.
V Reina del Santísimo Rosario.
Ruega por nosotros.
V Reina de las Familias.
Ruega por nosotros.
V Reina de la Orden Capuchina
Ruega por nosotros.
V Reina de la paz.
Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad y misericordia de nosotros.
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Oremos: Te rogamos, oh Dios y Señor Nuestro, que concedas a nosotros, tus siervos, perpetua salud de alma y cuerpo y que por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y gocemos de las alegrías de la vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ORACIONES:
PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
Santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu Voluntad, en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amen.
AVE MARÍA
Dios te salve, María,
llena eres de Gracia.
El Señor es contigo.
Bendita, Tú, eres,
entre todas las mujeres,
y bendito es el Fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María,
Madre de Dios,
ruega por nosotros,
pecadores,
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amen.
GLORIA
Gloria al Padre,
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
ORACIÓN QUE ENSEÑÓ MARÍA A LOS NIÑOS EN FÁTIMA
Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno y lleva al Cielo a todas las almas. Socorre especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia. Amén.
JACULATORIAS:*
* Las jaculatorias (del lat. iaculatorius, relativo al lanzamiento) son oraciones breves, encendidas de amor y de cariño, que dirigimos al Señor, a la Virgen Santísima y a los Santos, para mejor mantenernos en la presencia de Dios a lo largo del día. Son, pues, como pequeñas flechas de amor que lanzarnos a nuestro Señor.
Sagrado Corazón de Jesús
¡En vos confío!
(Misterios gozosos)
Por tu limpia Concepción, oh, Soberana Princesa.
Una muy grande pureza te pedimos de Corazón.
(Misterios luminosos)
Jesucristo, Luz y Vida del nuevo milenio
¡Sea la Eucaristía, mi Alimento para el camino!
(Misterios dolorosos)
Madre, llena de dolor haz Tú, que cuando expiremos
Nuestras almas entreguemos, por tus manos, al Señor.
(Misterios Gloriosos)
María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
OREMOS CON LAS PALABRAS DEL PADRE PÍO
Oración
Señor Jesucristo, que por amor a los hombres permaneces noche y día en el Sacramento del Altar, esperando, llamando, acogiendo a los que vienen a visitarte. Yo creo que estás presente en el Sagrario. Te adoro, abismado en mi propia nada. Te agradezco por tantas gracias que me has concedido, en especial, por haberte entregado a mí. Por haberme dado como Madre a tu misma Madre y por haberme llamado a esta Iglesia. Amén.
Plegaria de San Pío de Pietrelcina
Para después de la comunión.
Haz venido a visitarme
como hermano y como amigo
Jesús no me dejes solo
¡Quédate, Señor, conmigo!
Por el mundo envuelto en sombras
soy errante peregrino
dame tu luz y tu gracia
¡Quédate, Señor, conmigo!
En este preciso instante
abrazado estoy contigo
que esta unión nunca me falte
¡Quédate, Señor, conmigo!
Acompáñame en la vida
tu presencia necesito
sin ti desfallezco y caigo
¡Quédate, Señor, conmigo!
Declinando está la tarde
voy corriendo como un rio
al hondo mar de la muerte
¡Quédate, Señor, conmigo!
En la pena y en el gozo
se mi aliento mientras vivo
hasta que muera en tus brazos
¡Quédate, Señor, conmigo!
Oración compuesta por el Padre Pío:
Oh, Jesús, destruye en mí todo lo que no sea de tu agrado y escribe tus dolores en mi corazón con el fuego de tu Caridad. Apriétame fuertemente junto a Ti, suave y eternamente, para que nunca te abandone en tus dolores. Que yo pueda reposar sobre tu Corazón, en los sufrimientos de la vida, para conseguir de este modo mi recuperación. Que mi espíritu no tenga otro deseo que vivir a tu lado, en el huerto y saciarme de las penas de tu Corazón, que mi alma se llene de tu Sangre y se alimente contigo con el pan de tus sufrimientos. Amén.
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